Candela, Nahuel, Romina, Cristopher y Brian contaron cómo ha sido su experiencia en un programa que “nos gustó un montón y decidimos seguir siendo parte”.

Las y los jóvenes son los grandes protagonistas del programa Promotores y Promotoras de Salud Adolescente. Sin ellos no habría nada: son quienes construyen junto al equipo de las policlínicas municipales las instancias formativas y, principalmente, quienes se encargan de guiar a sus pares y detectar cuáles son sus principales obstáculos para acceder a la salud.
Brian, Romina, Cristopher, Candela y Nahuel le contaron al Semanario ABC cómo viene siendo para ellos desempeñarse como promotores y promotoras de salud, lo que lograron al participar activamente de la propuesta que está contribuyendo a que la voz de las y los adolescentes se escuche cada vez más fuerte.
Las redes van creciendo
Candela y Romina contaron que, en su caso, “nos enteramos del programa en el segundo año que se hizo Promotores de Salud. Nuestra referente urbana nos dijo que existía, que ya se había hecho y que había estado muy bueno. Hicimos el curso en la policlínica y nos gustó un montón, así que seguimos enganchadas ahí. Al año siguiente fuimos a distintas instituciones como UTUS, liceos y centros juveniles, para informarles a otros gurises sobre el curso y sobre diferentes temas”.
En uno de esos salones estaba Brian, quien tras escucharlas decidió involucrarse: “Yo estaba en la UTU y de repente fueron las promotoras y nos invitaron a hacer un taller. Ahí fue que fuimos con Nahuel, nos enteramos de todo esto, nos gustó y nos quedamos”. Nahuel, por su parte, recordó que “se hizo por sorteo porque había muchos interesados, y tanto Brian como yo salimos sorteados. Íbamos temprano y hasta la tarde nos contaban un poquito cómo cuidar nuestra salud, cómo ayudar a otros. También íbamos al Sacude para hacer actividades con otras personas, con otros adolescentes, para aprender un poco de lo que se trataba todo esto”.
La secuencia ocurrida en Casavalle ejemplifica a la perfección el potencial del programa: las jóvenes se apropiaron de los conocimientos, se involucraron y lograron que sus pares se interesaran en saber más, ampliando así cada vez más la red de adolescentes que participan más activamente de la construcción de una realidad mejor.
“Pasan a ser referentes”
Una de las pasantes de psicología que forma parte del equipo de la policlínica Casavalle que trabaja en el programa Promotores y Promotoras de Salud Adolescente, Paula Michailov, explicó la reacción de las y los jóvenes ante la propuesta.
Por un lado, contó como reaccionan quienes asisten a los cursos en el centro de salud. Dijo que expresan “mucha curiosidad y sorpresa al ver que se aborda la salud desde otro lado. Se encuentran con un equipo de la policlínica que busca un abordaje más amigable, con un lenguaje que los adolescentes usan más cotidianamente y que no se posicionan desde un lugar de tener el saber, sino de escuchar las voces de ellos. Eso es recibido con mucha sorpresa porque no suelen estar acostumbrados a que se les pregunte, a que lo que tenga más valor sean sus conocimientos y vivencias”.
Además, semanalmente hay en la policlínica un espacio de intercambio “que se hace luego del curso y generó mucho sentido de pertenencia. Lo tienen como un lugar al que saben que van a ir a pasar un buen rato, que van a poder hablar de sus preocupaciones, de lo que están viviendo, sin que los juzguen”.
Asimismo, “lo de posicionarse en el rol de promotor también genera mucha curiosidad, ya que de alguna manera pasan a ser referentes entre sus pares. Empiezan a ensayarlo y muchos de ellos lo trasladan de distintas formas a su vida, y también de alguna manera se convierte en una identidad ser promotor de salud”.
En cuanto a los jóvenes que están del otro lado, los que escuchan a los promotores que llegan a sus centros educativos, sostuvo: “Se genera esto que les pasa viendo a adolescentes en otro rol, con algo tan simple como verlos con la camiseta de Promotores llevando adelante una propuesta de juegos o que sacan un tema para charlar. Eso despierta curiosidad, les dan ganas de saber y de escuchar a sus pares, que vienen a querer compartir algo con ellos”.

“Aprendés cosas nuevas”
Sobre el significado que ha demostrado tener para ellos ser promotor de salud, Nahuel dijo: “Me di cuenta que ser un promotor de salud es muy importante, podes ayudar a muchas personas, a mucha gente. Es algo que sirve mucho”. Por su parte, Romina y Candela coincidieron en que “al estar en un grupo con otras personas aprendés cosas nuevas que antes no sabías, conoces otras opiniones, y eso está buenísimo”.
Sobre la tarea que llevan adelante, contaron: “A veces difundimos a través de carteles, los pegamos en columnas y en otros lugares. O también vamos a centros educativos y los repartimos ahí. También pasamos imágenes por Whatsapp y por la web para contarles a todos cómo inscribirse en el curso. El segundo año, cuando fuimos a las instituciones educativas, se había colapsado el curso. Era para unas 30 personas y había más de 60 anotadas, así que eran más del doble las personas interesadas. Entonces lo hicimos en el Sacude, que es un lugar con espacios muy grandes y podíamos estar más cómodos”.
Cristopher y Nahuel recordaron el campamento del año pasado, que se realizó en Punta Espinillo y reunió a promotores de distintos lugares del país. Este último contó que “aprendieron, aprendimos, nos enseñaron cosas que nosotros no sabíamos y ellos sí. La verdad que recibían todo muy bien: nosotros les dábamos propuestas, ir a tal lado, a tal hora, y ellos lo recibían muy bien. A todos nos copó la idea del campamento”.
En cuánto a las temáticas que más preocupan a los jóvenes, dijo Brian: “Los temas que más tratamos son sobre la violencia, la sexualidad y la salud mental”.
Sin lugar a duda, la experiencia de los chicos y las chicas demuestra el inmenso potencial de una propuesta que está en constante crecimiento.
“La propuesta promueve la autonomía de los y las jóvenes”
Micaela Frattini, una de las pasantes de psicología que integran el equipo de Promotores de Salud Adolescente de la Policlínica Casavalle, explicó por qué es importante que los jóvenes se involucren en la propuesta.
“Lo entendemos como una manera de favorecer el cuidado de la salud propia y de sus pares”, empezó diciendo. Luego, agregó: “Por un lado, ellos acceden a información que es un derecho tener, y a partir de ahí pueden tomar decisiones informadas. Esto promueve su autonomía, saber que si les pasa o necesitan algo pueden venir solos al centro de salud, sin necesidad de que un adulto los autorice o los acompañe. También tienen derecho a que su información sea guardada confidencialmente y no compartida con personas con las que no se sientan seguros”.
El hecho de abordar temas vinculados a la adolescencia y sus particularidades “hace que quizás puedan comprenderse y reconocerse, y reconocer a otros que pasan por situaciones o sentires similares. Esto es un factor protector para su salud. En estas instancias promovemos también el trabajo con otros y para otros. Creemos que con otros es como podemos cuidarnos y construir ambientes saludables”.