La mudanza desde el asentamiento Servando Gómez hacia viviendas a estrenar significa para ellas “un nuevo comienzo”. María y Jacqueline, dos vecinas del barrio, compartieron su anhelo de “tener una vida mejor”.

Finalmente llegó el día tan esperado. Un grupo de 39 familias que vivían en el asentamiento Servando Gómez, también conocido como Santa María Eugenia, pudieron mudarse a sus nuevas viviendas. Las casas a estrenar están ubicadas en la Avenida Bolivia, entre Elías Regules y Camino Carrasco.
Jacqueline y María, dos vecinas del barrio, se refirieron al inmenso impacto que este paso tendrá en sus vidas. Además, contaron cómo vivieron el largo proceso, que comenzó en 2019 con la firma de un convenio entre la Intendencia de Montevideo y el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, que se comprometieron a realojar a decenas de familias que vivían en zonas particularmente vulnerables del asentamiento.
“Es muy removedor”
Durante buena parte de su vida, Jacqueline vivió en Servando Gómez. Fue su casa durante más de 29 años. Sus palabras a pocos días de mudarse reflejan la multiplicidad de sensaciones que experimentan quienes son realojados. “Es muy removedor todo esto. Como que tenés sentimientos encontrados, por haber vivido tantos años acá…yo sé que es una casa nueva, con todo lindo, pero uno tiene un sentimiento hacia este lugar”, dijo.
La mudanza implicó no solo un cambio notorio en las condiciones de la vivienda que habitan, sino que también introdujo a las familias en un entorno diferentes, más cercano a la vida de la ciudad y donde resulta más sencillo acceder a los servicios necesarios. Sobre cómo vive ese proceso, Jacqueline contó: “Yo estaba acostumbrada al verde, a la naturaleza, y ahora vamos a estar en un lugar pegado al cemento. Es una cosa nueva. Igual, por supuesto que esto tiene muchas cosas positivas. La mayoría de las cosas son positivas, en realidad: tengo todo cerquita de mi casa, tengo una casa linda, nueva. Pero el sentimiento queda”.
Jacqueline, que trabaja en una cooperativa social, terminó refiriéndose a la “tranquilidad” que supone para ella la mudanza a su nueva casa. Le permitirá, por ejemplo, “estar más formal, por decirlo de alguna manera, en el tema de cosas que uno siempre quiso hacer, como por ejemplo pagar luz, agua o lo que sea. Por suerte tengo los medios para poder hacerlo”.
Lo que inicia a partir de ahora, resumió, “va a ser un nuevo comienzo. Yo estoy muy contenta, a pesar de lo que me genera dejar este lugar. Voy para un lugar mejor y para una vida mejor”.

“Son días de muchos sentimientos”
Otra vecina que contó su experiencia frente a los cambios que implican la mudanza a su nuevo hogar fue María, trabajadora de una empresa de reciclaje que también tiene una larga historia vinculada a Servando Gómez. “Estos últimos días han sido de muchos encuentros, de muchos sentimientos. Más allá de vivir en un ranchito, para nosotros es toda una vida acá junto a la familia. Acá criamos a nuestros gurises. Ahora vamos a ir a un lugar nuevo, con nuevas expectativas”, comentó.
Reconoció, además, que en la mudanza, que fue posible gracias al trabajo coordinado de equipos técnicos, municipio, centro comunal y la Unidad de Coordinación de Apoyo Operativo, se dejan muchas cosas atrás: “Quedan sentimientos, recuerdos, valores. Porque el valor de que vos te vas de tu casa y un vecino te diga ‘yo te la bicho’, es importante. La familia, también. Muchos sueños que quedaron en camino en el barrio, que esperemos que se cumplan allá”.
Cerró diciendo que, si bien lo que acaba de comenzar “va a ser algo nuevo, y hay muchos miedos y dudas, somos todos conocidos, buenas familias, trabajadoras. Las expectativas son de mejorar. Mejorar en calidad de vida y mejorar como personas”.