Madres, padres y representantes de diversas organizaciones celebraron la realización de una propuesta que apuntó a que niños, niñas y adolescentes neurodivergentes disfruten de los espacios públicos. Conversatorios, talleres deportivos y actividades culturales fueron parte del evento realizado en el Espacio Modelo.

Algo tan simple como un niño paseando en triciclo mientras su madre lo ve pasar con una sonrisa de oreja a oreja es suficiente para reflejar el poder de propuestas como “Un Modelo que Integra”. “Esto es maravilloso. Mi hijo es neurodivergente y no puede mantener el equilibrio en una bicicleta normal, pero hoy está andando en triciclo feliz de la vida. Ese es el motivo de mi cara de felicidad, por eso estoy súper feliz”, le dijo al Semanario ABC Melina, una de las madres que se acercó al Espacio Modelo para disfrutar de la actividad organizada por la Intendencia de Montevideo, el Colectivo Activista Pertenecemos y otras organizaciones, cuyo objetivo fue que niñas, niños y adolescentes autistas y neurodivergentes puedan integrarse a los espacios públicos.
La propuesta constó de dos actividades: el último viernes de setiembre se realizó un conversatorio en el que especialistas y miembros de organizaciones sociales intercambiaron sobre infancia y discapacidad, poniendo el foco sobre los derechos humanos y el acceso a los espacios públicos y la cultura. Al día siguiente hubo una jornada recreativa con deportes inclusivos (hubo fútbol, básquetbol, bicicletas adaptadas), stands y talleres culturales.
El resultado fue, en palabras del director de la Secretaría de Discapacidad, Martín Nieves, “una jornada de integración, donde las familias se animaron a salir y a participar. Estamos cuidando y apoyando en el cuidado, pero también estamos jugando y apoyando en el juego. La intención de estos espacios es que las organizaciones sociales, las familias y la sociedad se animen a jugar, y se animen a jugar con todos los niños, con todas las infancias y con toda la diversidad y singularidades que tiene la dimensión humana”.

“Se necesitan estos espacios”
Cuando Alfonsina Freitas, estudiante de psicopedagogía, se enteró de que se haría “Un Modelo que Integra” no dudó en postularse como voluntaria. “Me encanta trabajar con los niños, y creo que estas jornadas integradoras y adaptadas construyen una sociedad más inclusiva y equitativa. Además, deja a la vista que las familias y los niños necesitan estos espacios y que la política se interese por llevar esto adelante. Es una idea genial y me copé enseguida”, le dijo al Semanario ABC.
Durante la actividad, fue una de las responsables del Espacio Calma, que definió como “un lugar para dar apoyo cuando los niños se desregulan. No eso solamente tener una rabieta por el mero hecho de ser niño, sino porque sus herramientas cognitivas no le permiten abordar el contexto, las demandas del ambiente, y vemos que los padres se sienten desbordados, no saben como calmar al niño. Los invitamos a que vengan al sector de Calma, que tenemos materiales que los relajan sensorialmente, estamos con música de sonido blanco; son cosas que permiten calmar lo cognitivo del niño y que sienta la relajación motor y sensorial”.
Además, aseguró que lo bien recibida que fue la propuesta es particularmente valioso: “Me alegro muchísimo de poder ver a las familias tan contentas de ver a su hijo disfrutar, y sentir que uno puede ayudar en eso me emociona mucho”.
El derecho al disfrute
La experiencia que vivieron los padres y las madres al ver disfrutar a sus hijos e hijas testimonian lo relevante de generar instancias en las que todas las personas puedan ejercer su derecho a disfrutar plenamente de la ciudad y sus espacios públicos. Lucas y Carla destacaron la variedad de los juegos, y el hecho de que todo ocurriera en “un espacio al que puedan venir chicos y chicas con cualquier tipo de síndrome o dificultad física. Está muy bueno que esté pensado así. Nuestro niño ya se integró, anda tirándose por los toboganes”.
Algo similar dijo Paula, integrante del Colectivo Pertenecemos que asistió con su hijo Emiliano, que tiene autismo. Se trató de un momento valioso “para que pueda socializar un poco con niños con su misma condición, y que tenga la oportunidad de andar en bici, de estar saltando, de estar compitiendo. Estas jornadas son importantes porque se necesita que los niños y adolescentes autistas o con diferentes condiciones puedan compartir y socializar en espacios comunes, que puedan disfrutarlo como todos los niños. Y hacerlo con contención, con lugares que esté apropiados para ellos, es fundamental”.
Con ellos estaba Álvaro, para quien el Espacio Modelo “está precioso, me encanta la disposición que hay, está buenísimo como se van integrando e interactúan. Es una oportunidad genial para ellos y ojalá que se repita. Es importante que los niños se integren, que puedan acceder a los mismos lugares que todos, que tengan los mismos derechos que todos, que no se queden en sus casa, que puedan tomar sol y que interactúen y disfruten la vida”.
Los desafíos que forman parte de la cotidianidad de miles de familia, sumada al modo que reciben propuestas como “Un Modelo que Integra”, son una prueba constante del camino que queda por recorrer. Es que, como dijo Milena, la orgullosa madre del comienzo de la nota, “cada vez son más los niños que tienen cualquier tipo de trastorno o discapacidad y las adaptaciones para ellos son súper necesarias. Si bien también son escasos los recursos del Estado para todas las necesidades que existen, hay cosas que pueden hacerse. Esto que está pasando es un ejemplo de lo que se tendría que hacer para que nuestros niños puedan disfrutar de una infancia igual que el resto. Con cosas que parecen tonterías pero que para ellos son muy grandes, como las bicis adaptadas. Este espacio es maravilloso, está lleno de plantas, es hermoso y tiene capacidad para albergar este evento y muchísimos otros. Espero que se sigan repitiendo, que sean espacios ganados que no se pierdan”.
Claro, la idea de la Intendencia, a través de su Secretaría de Discapacidad y los demás departamentos y secretarías que participan en la organización, es seguir generando instancias como estas. Como dijo su director, Martín Nieves, la que pasó “es una de varias actividades que vamos a ir generando en lo que queda del año, que nos van ir enseñando, vamos a ir aprendiendo, y vamos a ir mejorando. En materia de discapacidad siempre hablamos de barreras: muchas veces vemos la barrera física como principal dificultad para superar, pero las barreras actitudinales terminan siendo las que hacen la diferencia, y las que terminan apoyando y permitiendo que esto se de”.
- El valor de la participación
El conversatorio realizado durante la primera jornada de “Un Modelo que Integra” reunió a diversas autoridades de la IM con representantes de organizaciones sociales y técnicos especializados en infancia y discapacidad. Sobre dicho encuentro, Martín Nieves, director de la Secretaría de Discapacidad, afirmó: “Tuvo que ver con las diferentes miradas, las diferentes perspectivas y el apoyo a la participación de las familias que es algo que se resaltó: muchas familias agradeciendo por el derecho a participar, porque si no hay una sociedad que tome conciencia de la participación entre todos se hace muy difícil”.
“Somos una familia”
Historias como las que se viven en “Pateando Mitos”, una de las escuelas deportivas inclusivas que fueron parte de “Un Modelo que Integra”, son una demostración de lo profundo que pueden llegar las acciones que apuntan a derribar barreras y fomentar la inclusión.
Sandra, madre de uno de los niños que asisten a la escuela deportiva que en setiembre cumplió 6 años, contó: “Para nosotros ingresar a ‘Pateando Mitos’ fue un antes y un después. El primer día que llegamos, mi hijo Matías empezó con que le dolía la panza, que no quería jugar. Vino Gerardo, lo agarró de la mano, que el siempre tiene como un carisma para agarrar a todos los gurises, y la verdad es que más que una escuelita de fútbol somos una familia. También es un apoyo psicológico importante, porque mientras los gurises se están divirtiendo, nosotros hacemos terapia afuera. Es un grupo muy lindo, los gurises quieren venir”.
El “Gerardo” aludido se apellida Britos y es uno de los pilares de “Pateando Mitos”, que desde hace varios años trabaja con la Intendencia en varios proyectos inclusivos. “Hemos participado de varias experiencias muy buenas para los chiquilines, que tuvieron la posibilidad no solo de salir de su zona de confort, sino de conocer plazas y conocer a otros chicos, hacer amigos. Ha sido una experiencia buenísima, de disfrute”.
Además, su experiencia le permite detectar lo importante que es para el desarrollo de las personas neurodivergentes que existan estas instancias de encuentro y participación: “Es un lugar para ellos, que se sienten cómodos, que no los miran raro porque hagan un movimiento extraño, griten o se tiren al piso. Es completamente natural para nosotros y de repente si va a una plaza no lo puede hacer, eso está mal visto, ahí tienen problemas con los padres. Para nosotros no es terapéutico: lo hacemos para el ocio y la diversión, que sin querer se transforma en la mejor terapia”.
Y no es terapéutico, aunque ellos mismos dicen que es la mejor terapia, pero no lo hacemos de manera terapéutica, lo hacemos de manera de ocio y de diversión, creo que sin querer es la mejor terapia”.