Espacios de cuidados en policlínicas municipales facilitan el acceso a la salud en los barrios

La exitosa experiencia del centro de salud de Casavalle, que tiene una sala de espera con personal especializado para que las infancias se recreen mientras las personas a su cargo se atienden, está siendo replicada en otros tres establecimientos de Montevideo. Además, se creó un sistema para sostener los espacios de cuidados que involucra capacitaciones y oportunidades laborales para mujeres migrantes.

Sala de espera infantil en la policlínica Casavalle. Foto: Santiago Mazzarovich/ IM.

Cada vez más gente pueden ejercer su derecho al acceso a la salud gracias a herramientas como la desplegada en la policlínica de Casavalle. Allí, la Intendencia de Montevideo creó una sala de espera en la que niñas y niños pueden jugar y distenderse mientras las personas a cargo de su cuidado (en su inmensa mayoría mujeres) tienen tiempo para hacerse estudios o consultar un médico. Dichos espacios están a cargo de personal especializado en el área, lo que brinda tranquilidad y garantiza que las infancias pasarán un rato ameno.

La directora de la División Salud de la IM, Virginia Cardozo, le contó al Semanario ABC cómo ha ido evolucionando esta propuesta, nacida con el objetivo de reducir las desigualdades de género que existen en torno a los cuidados. El crecimiento de esta política implica que la experiencia esté empezando a replicarse en otras tres policlínicas municipales: Casabó, Paso de la Arena y Giraldez.

Otra de las interesantes facetas de este camino, que comenzó a transitarse a mediados de 2022 y desde entonces ha profundizado su alcance, es la implementación de un sistema de capacitaciones en cuidado de infancia para mujeres migrantes. Estas se incorporan al circuito, contribuyendo así a sostener estos espacios en los centros de salud, y además cuentan con una oportunidad laboral. De ese proceso en particular participan también la Secretaría de Equidad Étnico Racial y Poblaciones Migrantes y la Casa de la Mujer de la Unión.

Derribar barreras

Inicialmente, Virginia Cardozo habló sobre por qué es importante contemplar los cuidados al momento de desarrollar las políticas de salud. Dijo: “Cuando apostamos a transversalizar la perspectiva de género en las políticas de la salud, uno de los primeros elementos que debíamos considerar son aquellas barreras específicas que debido a la socialización de género hace que existan desigualdades en el acceso adecuado a los servicios de salud. Y uno de los aspectos a tener en cuenta en esa socialización diferencial tiene que ver con los cuidados”.

Este escenario se debe a que “la incorporación de hombres y mujeres al mercado de trabajo es cada vez más equitativa, pero la realidad es que los varones no se han incorporado de la misma manera a las tareas de cuidado. Eso genera sobrecarga y hace que las mujeres tengan doble jornada de trabajo: además de las tareas remuneradas del trabajo, las tareas de cuidados. La falta de corresponsabilidad, la falta de compartir los cuidados desde el Estado, la sociedad, varones, mujeres, termina sobrecargando a las mujeres”.

En dicho contexto, se torna imprescindible que “si queremos avanzar de forma igualitaria necesitemos pensar cómo, desde el Estado, desde las instituciones, como sociedad, varones y mujeres nos hacemos corresponsables de esas tareas de cuidado para que no sea un peso que recaiga sobre los hombros de las mujeres, y que por tanto no sea una barrera que les impida tener el tiempo, la disponibilidad, la gestión de sus propios tiempos disponibles para poder acceder a los cuidados. Entonces, incorporar la idea de los cuidados en salud es importante para poder trabajar una de las principales barreras que muchas veces se interpone entre las mujeres y poder ejercer su derecho a la salud”.

Hacenos corresponsables”

Lo ocurrido en la policlínica de Casavalle fue una de las acciones diseñadas para darle respuesta a la situación expuesta. Sobre la creación de la propuesta que se puso en marcha en mayo de 2022, Cardozo explicó: “Desde la División Salud, en diálogo con la Asesoría para la Igualdad de Género, consideramos que era importante esta estrategia que es innovadora, que no se había desarrollado previamente, en torno a generar espacios de cuidados en policlínicas de la Intendencia que nos permitan, como institución, como servicios de salud, hacernos corresponsables”.

La idea es “cuidar a aquellos niños y niñas de quienes asisten a las policlínicas de la IM mientras están dentro de la consulta o realizándose algún procedimiento. Entonces quienes cuidan, que debido a la socialización de género son mayoría mujeres, y que tengan niños pequeños a cargo, pueden asistir a esta propuesta piloto que desarrollamos en cuatro policlínicas. Y si tener niñas o niños a cargo está siendo una dificultad para acceder a la consulta, pueden hacerlo dejándolos en el espacio de cuidados mientras asiste a ejercer su derecho a la salud”.

Además, contó que “la primera experiencia fue en la policlínica de Casavalle. Allí está a cargo del espacio una maestra, Valeria, que también cuida a niños y niñas de funcionarios municipales porque participa del Centro de Educación Inicial de la IM, sostiene este espacio de cuidados en la sala de espera los días de la semana en que hay una mayor cantidad de consulta de mujeres”. Actualmente, “en otras tres policlínicas, que son Casabó, Paso de la Arena y Giraldez, se está replicando esta experiencia para que quienes cuidan puedan acceder a su derecho a la salud”.

Más adelante, la directora de Salud se adentró en otro de los grandes valores que está teniendo esta política. Dijo: “Los espacios de cuidado tienen una característica muy importante: tenemos a personas que han sido formadas para los cuidados infantiles comunitarios a través de una estrategia, de un trabajo conjunto con la Secretaría de Equidad Étnico Racial y Poblaciones Migrantes”. A través de este mecanismo se da “un proceso de inclusión social, en cuidados a la dependencia, y específicamente en cuidados a la infancia en contextos comunitarios”.

No es solo un rincón infantil”

Más adelante, Virginia Cardozo destacó la importancia de que vaya profundizándose la percepción de que el ofrecido “no solo sea un espacio que cuide a esos niños y niñas mientras las mujeres están en la consulta, sino que sea en sí mismo un lugar que fomente el desarrollo saludable, los vínculos saludables, el disfrute, y que haga de policlínicas un espacio agradable para chicos y chicas, que den ganas de ir, que sabemos que no es algo frecuente que les pase a niños y niñas. Sin embargo, con estas estrategias, a través de juegos, de los colores, de hacer el lugar atractivo, hacemos que la persona que va a atenderse pueda dejar a su niño o niña a cargo, y que esta quiera estar ahí, que sienta que es un lugar donde se va a divertir, va a ser cuidado, va a disfrutar y por un ratito puede no extrañar a su cuidadora. Y quien deja a ese niño o niña está tranquila porque está cuidada por una persona formada para ello”.

Volviendo a los equipos de trabajo que allí se desempeñan, la entrevistada afirmó: “Es importante trabajar con los equipos de salud de las policlínicas para que entiendan el sentido del espacio de cuidado. Que no es solamente un rincón infantil o un espacio para que los niños se diviertan, sino que tiene el foco en el derecho a la salud de quienes cuidan”.

Por eso, “es importante que los equipos de salud sean promotores de igualdad a la hora de tener en cuenta que los cuidados en muchos casos son una barrera para acceder a la salud, y cómo podemos pensar estrategias con la familia para que realmente los cuidados a nivel intrafamiliar sean más igualitarios, y que no seamos los equipos de salud reproductores de desigualdad, reproductores de prácticas patriarcales que lo que hacen es sostener arreglos que vulneran derechos como el derecho a la salud”.

En la recta final de la charla, agregó: “En ese sentido, el rol de los equipos es fundamental. No solo entendiendo, funcionando y articulando con este espacio, que ha sido una re linda experiencia de incorporación de estas trabajadoras que están a cargo de los espacios de cuidado, tanto Valeria, la maestra, sino también con estas mujeres migrantes que se incorporan tras el proceso de la Secretaría Étnico Racial y Población Migrante. No solo es importante que se de esa articulación, esa integración, ese entendimiento del proyecto, sino que en sí mismo, e incluso dentro de la consulta, a la hora de evaluar los cuidados, también incorporemos una perspectiva transformadora hacia la igualdad de género”.

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Son las policlínicas de la Intendencia en las que pueden encontrarse espacios de cuidados. Todo comenzó en Casavalle (Leandro Gomez s/n y Martirené), pero desde entonces funcionan planes pilotos replicando esa experiencia en Casabó (Charcas 2690), Giraldez (Faros 6294 bis) y Paso de la Arena (Cno Tomkinson 2459).

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