El programa cumplió tres años y logró valiosos resultados con un sistema integrado entre diferentes áreas de la Intendencia trabajando codo a codo con los vecinos para la recuperación ambiental y la mejor calidad de vida de amplias zonas del departamento.

Una de las principales apuestas para una “Montevideo más verde” que llevó adelante la actual gestión fue sin dudas el programa de Áreas Liberadas, que promueve el cuidado ambiental y posibilita el cuidado de los ecosistemas departamentales mediante la limpieza, recuperación de cursos de agua y espacios contaminados por residuos.
Desde su implementación no solo ha extraído de ellos 194.920 toneladas de residuos, lo que equivale a seis Palacios Salvo, sino que además impulsó la creación de nuevos espacios públicos en lugares antes contaminados, entre muchas otras acciones.
El director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia de Montevideo, Guillermo Moncecchi, destacó al Semanario ABC que este proyecto que arrancó en 2022 “logró valiosos resultados en la limpieza de los cursos de agua y planteó muy claros caminos a seguir, marcando una nueva metodología de trabajo que integra a todas las áreas de la Intendencia trabajando de una manera transversal por un objetivo común”.
Este cambio de paradigma en la cultura de trabajo permitió un abordaje diferente liderado por la cabeza de la institución, que en sus inicios fue la intendenta, “con actores de todas las áreas involucradas que sistemáticamente ponen el problema en el medio y lo atacan desde diferentes puntos”.
Moncecchi adelantó que se está trabajando en un documento que se hará público para institucionalizar este nuevo paradigma de abordaje de los principales problemas del departamento buscando que haya una coordinación que integre a todos los directores de las áreas involucradas, de manera que trascienda la operativa específica de cada una y proyecte hacia adelante integrando diferentes planes.
El jerarca consideró clave para que el objetivo pueda cumplirse que la estrategia se elabore en coordinación directa con los vecinos.
“La participación de ida y vuelta y no solo la comunicación es siempre buena, pero en este caso particular es imprescindible para generar una construcción colectiva con el barrio, con el entorno”, agregó.
El camino recorrido
Moncecchi destacó que la estrategia del programa Áreas Liberadas comenzó siendo un proyecto de limpieza de los cursos de agua, pero al encararlo fueron apareciendo muchos otros temas que se debían resolver en su entorno. “Los cursos de agua se estaban utilizando como sitio de disposición final de los residuos. Y esos residuos terminaban en el Río La Plata, con todos los impactos ecológicos que eso tiene, no solo en el río sino en todo el camino del medio, es decir, en las márgenes de los ríos, de los arroyos”.
“Y al abordar ese problema inicial, entrás a descubrir que el problema es más grande que el solo vertido, y tiene que ver con las condiciones sociales en los entornos, como la clasificación informal que representa un trabajo para mucha gente; o la conexión al saneamiento, y de ahí todos los esfuerzos en ese sentido que está haciendo Montevideo”, agregó.
También se detectaron actividades que había que regular como por ejemplo la cría de cerdos, y para corregirlo había que trabajar directamente en territorio con los actores en una forma integrada. “Además, se detectó la disposición irregular de residuos de obras y construcción, y ahí también debimos trabajar en el tema de fiscalización, y avanzar en el tema legal”, observó.
Y sumado a todo ello -subrayó Moncecchi- hubo que encarar la limpieza, la sustitución y la recuperación de ese entorno con la construcción de infraestructura para sustituir un basural, y eso “sólo puede hacerse en construcción colectiva con el barrio, con el entorno, y eso es muy importante porque si hacés una plaza en un lugar donde hay un basural y los vecinos no lo sienten como propia, va a desaparecer. Nunca más adecuado el término sostenible o sustentable”.
Trabajo transversal
De esta manera, lo que en un principio parecía imposible por su enorme magnitud fue encarándose con un equipo transversal integrado por todas las áreas involucradas para ir resolviendo todos los problemas.
“La integración de los equipos de trabajo se fue generando de forma dinámica de acuerdo a la necesidad. Al principio tenía que estar limpieza por basurales, de cursos de agua y áreas verdes o espacios públicos. Pero después debieron sumarse saneamiento y salud, entre otros. Y ese equipo va creciendo con una premisa siempre abierta”, agregó.
Por último, el director de Desarrollo Ambiental aclaró que todo ello exigió inversión, recursos y acciones, pero la situación claramente mejoró y sobre todo abrió un camino hacia adelante que ha demostrado su alto impacto en la calidad de vida de montevideanos y montevideanas.